Thomas Edison dijo que sus numerosas fallas al crear un filamento de bombilla le enseñaron todas las formas de no hacer una bombilla. Lo mismo les sucede a los profesores y diseñadores de instruccionales en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
En cuanto al aprendizaje, a menudo, en nuestro trabajo (como Diseñadores instruccionales), caemos en la tentación de obligar a los profesores o diseñadores a cambiar sus diseños porque pensamos que estos diseños no funcionarán. Sin embargo, algunos de los momentos de mayor progreso con la construcción del conocimiento han llegado cuando se les ha permitido cometer errores.
Podemos lograr que las actividades de colaboración que fallaron porque eran demasiado complicadas de usar sean replanteadas de una forma creativa e intentar de nuevo como hizo Thomas Edison.
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En otros casos, los miembros encargados de desarrollar el programa educativo han sugerido tanta participación en los cursos que los estudiantes terminan agotados y rindiéndose a la mitad. Estos momentos se pueden convertir en momentos de enseñanza porque cuando nos damos cuenta de que algo necesita cambiar y los hacemos tanto los docentes como los diseñadores instruccionales se vuelven receptivos a las nuevas ideas de diseño.
Debemos considerar como cierto que las pruebas fallidas en realidad aumentan el aprendizaje cuando se usan como una oportunidad de aprendizaje. Cuando esos diseños funcionan mejor, crea un nivel de confianza entre el equipo de diseño y la institución, creando más momentos de enseñanza y llevando a todos a un nivel superior.
Conclusión
Todo lo antes expuesto nos concluye que el proceso creativo a menudo implica prueba y error. Cuando queremos probar algo nuevo y en muchos casos, no termina como pretendemos.